Árboles nobles con ramas extensas
acarician mis espacios
de libertades ajadas.
Sus hojas al caer tallan cicatrices
hechizando el encaje de mi silencio.
Nuestras vidas ausentes
resistieron vientos de olvido.
Infinitas praderas nacieron
con manantiales de amargura
donde estaciones del tiempo
sigilosas peregrinan.
Entonces sacaste tus manos de mi corazón
y tan lejos de mí no eras ya, mi triste soledad.
Y ahí, renació el grito del encanto
anunciando al pájaro de los buenos tiempos
que reverdeció mis senderos delirantes
acicalándolos de visiones abiertas al sol de la vida
con un aroma a perdón, melancólico y bello.
domingo, 7 de noviembre de 2010
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Eso fue precioso...
ResponderEliminarEse lenguaje lo comprendí sin problemas...
Aquel amanecer...
me desvelo cada día esperando que despunte el alba...
Que de mi pasen aquellas manos....
y vuelva a reverdecer mi sendero...
Saludos, muy lindas palabras, llenas de esperanza y recompensa...
Reverdeció el olvido y solo queda un perdón melancólico y bello, un hermoso poema, felicitaciones Rhodia
ResponderEliminarun afectuoso abrazo
saludos
Juegue,
ResponderEliminartirese
sin problemas
señorita
Aplauden las manos
le hacen reverencia
que venga que nadie
la detenga
la erupción
de tu luna
en la estación
de tu esencia