miércoles, 5 de agosto de 2009


Mis zapatos rotosos hoy andan por la casa

explorando una estela de su euforia.

En cada cosa hay puntos vigilantes

y un olor a presencia desgastada.


Yo sé que volverá con dureza en las manos

y en los ojos, un tributo de estrellas.

Buscará otras fronteras donde agotar caminos.

Será más alto el eje de su cuerpo fibroso.


Pero la nieve honda ya habrá helado

las líneas taciturnasde mi armazón que sangra.

Mi talle aún de pie, velará macilentolas remotas antorchas.

Él no lo sabrá nunca.
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4 comentarios:

  1. Hermoso poema, el tiempo borra las huellas y congela la pasión.

    saludos Ingrid

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  2. que las antorchas nos den puerto seguro

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  3. asi es el tiempo borra esas huellas, que a veces no resistimos a borrar.

    Cariños mi querido gran poeta.

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  4. Amor que soy, es lo que soñamos de aquelas antorchas.

    Gracias por comentar.

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